Semana Santa: Ramadán en La Mola y aventura en el Centre Obert Ginkgo

Los jóvenes de la Llar La Mola han vivido unas semanas muy especiales celebrando el Ramadán, una tradición con un gran significado espiritual y cultural. Esta celebración ha sido una oportunidad para compartir momentos de convivencia, respeto y aprendizaje entre todos los chicos que viven en la llar.

Durante este período, los jóvenes aprovecharon para cocinar platos típicos de sus diferentes países de origen, dando protagonismo a la diversidad cultural que los caracteriza. El objetivo fue poner en valor las tradiciones gastronómicas y fomentar la cooperación, el respeto mutuo y la curiosidad por conocer otras costumbres. Para lograrlo, se organizaron por grupos y días, asumiendo la responsabilidad de preparar las comidas y compartirlas con los demás.

Entre las elaboraciones más destacadas no faltaron platos tradicionales como el cuscús, la harira, los dátiles y los frutos secos, habituales en esta festividad. Cada preparación fue una experiencia única, donde los chicos pudieron explicar el significado de los platos y las historias que hay detrás, creando un espacio de diálogo intercultural muy enriquecedor.

El último día del Ramadán, la celebración culminó con el Eid, una fiesta muy esperada que simboliza el final del ayuno. Para la ocasión, se preparó un pica-pica especial con una gran variedad de platos, convirtiendo el momento en un encuentro festivo lleno de alegría y fraternidad.

Esta experiencia ha sido muy positiva, ya que ha reforzado la convivencia y la cohesión entre los jóvenes de la llar. Además, ha permitido demostrar el respeto y el amor por sus culturas y tradiciones, al tiempo que se han creado vínculos más fuertes basados en la cooperación y la comprensión mutua. Sin duda, iniciativas como esta contribuyen a construir un entorno más inclusivo y enriquecedor para todos.

Por otro lado, el Centre Obert Ginkgo vivió una Semana Santa llena de diversión, creatividad y aventura. Fueron cuatro días intensos con actividades variadas que combinaron cultura, deporte, trabajo en equipo y mucha imaginación.

La semana comenzó con un taller artístico inspirado en la leyenda de San Jorge. Niños y jóvenes dieron rienda suelta a su imaginación creando dibujos e ilustraciones que representaban dragones, caballeros y rosas. ¿El resultado? Auténticas obras de arte que llenaron el casal de color y fantasía, fomentando la creatividad y el trabajo manual.

El segundo día fue pura emoción con una salida al Láser Tag. Los participantes disfrutaron de una experiencia llena de estrategia, velocidad y diversión, aprendiendo a trabajar en equipo mientras esquivaban láseres y planificaban movimientos.

La tercera jornada tuvo un toque cultural con una salida por Sant Boi. Los jóvenes recorrieron las calles del municipio descubriendo las esculturas más emblemáticas y aprendiendo curiosidades sobre el patrimonio local. Esta actividad fue una oportunidad para conectar con la historia y el arte del pueblo, fomentando el interés por la cultura y el respeto por nuestro entorno.

Para cerrar la semana, organizaron un torneo de ping-pong en el casal. La competición estuvo marcada por la diversión, las risas y el espíritu deportivo.

En resumen, el Casal de Semana Santa en Ginkgo ha sido una experiencia muy positiva, que ha combinado aprendizaje, convivencia y diversión. Actividades como estas son esenciales para fomentar valores como la cooperación, la creatividad y el respeto, al tiempo que ofrecen a niños y jóvenes un espacio seguro y enriquecedor para crecer juntos.