Del color al chocolate: Una jornada llena de ideas y sabores en El Pinetó

En el mes de julio l’SPAAI el Pinetó, llevaron a cabo una actividad muy especial con los chicos. El objetivo principal era combinar creatividad y funcionalidad mediante la personalización de mochilas de tela. Esta propuesta no solo tenía un componente lúdico, sino también práctico, puesto que las mochilas decoradas se podrán utilizar en las salidas fuera del centro y en el día a día para llevar sus pertenencias.

Durante la sesión, cada participante tuvo la oportunidad de expresarse libremente a través del dibujo y la pintura. Los chicos plasmaron en las mochilas elementos que reflejaban sus gustos, intereses y preferencias personales: desde formas geométricas y patrones coloridos hasta ilustraciones inspiradas en hobbies, música, deportes o personajes que los gustan. Esta libertad creativa dio lugar a piezas únicas y con un gran valor simbólico, puesto que cada mochila se convirtió en una representación de la identidad de quien la decoró.

La actividad fomentó no solo la creatividad, sino también la concentración, la paciencia y la capacidad de planificación, puesto que los chicos tuvieron que pensar previamente en el diseño y en la combinación de colores. Además, se creó un ambiente muy positivo y colaborativo, donde se compartieron ideas y se dieron consejos entre compañeros. El resultado final fue todo un éxito: mochilas visualmente muy atractivas, llenas de color y originalidad, que reflejan la diversidad y la personalidad de cada uno de los participantes.

En definitiva, esta experiencia fue muy enriquecedora, puesto que permitió a los chicos desarrollar habilidades artísticas, reforzar su autoestima y, al mismo tiempo, disponer de un objeto útil y personalizado que podrán utilizar con orgullo en las actividades futuras.

Otro día de julio, decidieron dar un toque especial a la tarde con una actividad diferente y muy dulce: un taller de repostería. La propuesta consistió en preparar cruasanes caseros utilizando hojaldre, una base sencilla, pero muy versátil que permite obtener resultados espectaculares con un poco de creatividad.

Los jóvenes siguieron paso a paso el proceso de elaboración, desde la preparación de la masa hasta el relleno con chocolate, que fue el ingrediente estrella de la jornada. Cada participante pudo manipular la masa, darle forma y añadir el toque dulce que más les gusta. Esta parte fue especialmente divertida, puesto que cada cual puso su estilo personal en la manera de plegar los cruasanes, creando piezas únicas y muy apetitosas.

Una vez acabada la preparación, llegó el momento más esperado: la cocción y, finalmente, la degustación. El olor que se esparció por todo el centro despertó todavía más las ganas de probar los resultados. Cuando los cruasanes salieron del horno, dorados y crujientes, la satisfacción era evidente a las caras de todos. La merienda de aquel día fue, sin duda, muy especial y diferente, y dejó un recuerdo dulce y agradable para todos los participantes.